sábado, 24 de octubre de 2009

LA GUERRA DE LOS MIL DIAS

LA GUERRA DE LOS MIL DÍAS
La Guerra de los Mil Días, conocida también como guerra de los Tres Años, tuvo lugar desde el 17 de octubre de 1899 hasta el 1ro de junio del año 1903, en esta se enfrentó conservadores y liberales. Los primeros contaban con el apoyo de los gobiernos y se destacaron: Enrique Arboleda, próspero Pinzón, Nicolás Perdomo y Alfredo Vargas; En tanto que los liberales, organizados buena parte en guerrillas, estuvieron dirigidos por Gabriel Vargas Santos, Benjamín Herrera, Rafael Uribe Uribe Aristóbulo Ibañez y Foción Soto.
Esta abrió en el país una herida que no se ha cerrado. En ella se aplicaron sistemáticamente los métodos de exterminio de pueblos enteros. Durante tres años, fue saqueado el campo colombiano, dejando agotados los recursos naturales y humanos de la nación. La ocasión fue aprovechada por nuestros amigos del Norte para darnos prueba de su amistad en el istmo de Panamá. Las cañoneras norteamericanas impidieron a la flota colombiana desembarcar en tierra panameña y la independencia de Panamá se consumó por obra y gracia de la estúpida política de la oligarquía colombiana.
Este conflicto comprometió a todo el país, con excepción de las zonas selváticas y algunas regiones del departamento de Antioquia, Dabeiba no fue ajena.

RAFAEL URIBE URIBE
Nació en Valparaíso (Antioquia), en 1.859 Murió en Bogota en el año 1.914. abogado, orador, polemista, periodista, diplomático y jefe del Partido Liberal.
En la Guerra de los Mil Días fue el principal jefe militar de las tropas liberales y con el general Benjamín Herrera firmó la paz con el gobierno conservador. En 1914,fue asesinado en Bogotá.
Algunas obras publicadas: Ferrocarril de Antioquia informe
de una comisión (1883); Diccionario abreviado de galicismos, provincialismos y correcciones de lenguaje (1887); Discursos: Cámara de Representantes (1896); El Tratado de Nerlandia (1902); Socialismo de Estado (1904); Documentos militares y políticos de las campañas del general Rafael Uribe Uribe (1904); Labor parlamentaria del general Rafael Uribe Uribe en el Congreso (1909); Proyecto de ley, informes y exposición sobre reorganización de la Universidad Nacional (1909); De cómo el liberalismo político colombiano no es pecado (1912);Por la América del Sur (1955); El pensamiento político de Rafael Uribe Uribe (1974); Documentos militares y políticos (1982); El pensamiento social de Uribe Uribe


“Pero la guerra de los mil días arruinó por completo hacia el año uno del siglo XX, la ya floreciente población, elimino numerosas vidas, diseminó o mejor repatrió numerosas familias forasteras, destruyó la ya visible edificación existente y supimos entonces los que ya empezábamos a hacer uso de razón, lo que es ver marchar el padre a la guerra al son del grito desgarrador que ritma el corazón desesperado de la madre, desaparecer, consumido por propios y por los enemigos, el incipiente patrimonio; Padecer hambre y desnudez y ver centellear amenazante sobre la viuda cabeza materna, el hierro de los sables de cobardes sayones y la soga distenderse sobre la viga del pajizo albergue, como una interrogación capciosa, que inquiere el paradero de los hombres del bando perseguido.
En el año dos empieza, pues la repoblación de Dabeiba, nueva gente a nuevo compás y el nuevo ambiente consuma la afanosa labor restauradora. Apenas si pelechan los Arías, los Leales, los Puertas, los Toros, los Areizas, de los viejos y visibles gestadores. Resurge la fenecida aldea, lenta y trabajosamente contra la calculada acción oficial que prosigue, ya en paz con nueva táctica: el asedio homicida, Hay parroquia pero no cura; alcalde pero no justicia; educación publica pero no escuelas ni maestros; contribuciones, pero no caminos, ni auxilios, ni luz, ni agua...se vive como en un socavón, a cien metros bajo tierra, pero en la sombra el pueblo altivo lucha, con ánimo sereno de vencer. Como párvulo que diera vacilantes pasos, le deja el primer lustro. Sangrando y forzando sus humildes posibles, seis padres de familia hacen el esfuerzo de darse un maestro propio en el hijo del primero que logró enlucirle la lozana inteligencia con el agua lustral de nuestra Alma Mater. Así inicia Ángel María Puerta la jornada de la liberación espiritual, con el fuego hallado bajo el rescoldo de ese lustro de prisión y oscurantismo. El ensayo resulta más allá de consolador y los padres animados hacen un nuevo esfuerzo. Media docena de discípulos siguen la misma ruta que llevó al maestro al aula universitaria, en tanto aquí la escuela pública, siempre en auge, prosigue la preparación primaria.
En todo el municipio cuyos centros poblados siguieron el ejemplo de la cabecera, subviniendo con su bolsa a la soldada de los maestros, y el fiat advi-ne y la conciencia dabeibana adquiere forma concreta”. [1]

[1] Dabeiba de 1.900 a 1.910.

sábado, 10 de octubre de 2009

MITOS Y LEYENDAS

También Dabeiba es pueblo de Mitos y Leyendas, que inclusive han contribuido para que el naciente municipio legase su nombre y el de algunos lugares; o bien para aportar al fortalecimiento de su acervo cultural. Los primeros habitantes del territorio de la naciente provincia conocían los propios Mitos, mientras que otros relatos han trascendido de generación en generación y en muchos lugares afirman haber visto o escuchado lamentos de los personajes que se exaltan en algunas leyendas aquí escritas. Por ejemplo, cuentan los viejos que el nombre de la Llorona se debe a la leyenda, pues cuando construyeron el camino popular los transeúntes que debían pasar por este lugar escuchaban allí sus lamentos y hasta afirmaban que por estos peñascos fue que una mujer desesperada se había despojado de sus hijos. En el Encierro, afirman algunas personas que allí en los cafetales que bordean una quebradita que viene de San Ignacio, han visto al Mohán; en Guadualito, afirma El viejito Graciano haber visto el cura sin cabeza, cuando cruza un portón; sobre la Patasola, dicen los campesinos que a veces cuando salían a cazar en los espesos bosques, se encontraban unas extrañas huellas que correspondían a un solo pié, circunstancia que les causaba pánico, optaban por reunir sus perros y regresar por temor de encontrársela; El Duende durante toda mi infancia fue un personaje muy popular en la vereda de Choromandó, pues extraviaba a los niños que salían a los bosques, se les presentaba y lo veían aunque estuviesen en su cama, los trepaba a los copos de los árboles, o a los peñascos etc. para este lo importante era mortificar a las personas, pues allí se llegó a identificar a personas como sobrados del duende. No pueden quedarse muy atrás los relatos sobre el carro fantasma que contaban los conductores que por circunstancias de su oficio debían de recorrer la antigua carretera al mar.

ORIGEN DEL AGUA
Relato indígena
El Dios Caragabí, creó a los Emberá y los puso a habitar en el mundo. Pero en este mundo no había agua. Entonces Caragabí encontró un árbol inmenso que estaba repleto de agua y reunió a los Emberá para que lo cortaran, sin embargo el trabajo desaparecía en la noche.
Un día descubrieron que el sapo tapaba en la noche el trabajo que los hombres hacían en el día; los Emberá vigilaron y trabajaron día y noche hasta lograr cortar el árbol. Este no cayó, quedó enredado de un bejuco que lo sostenía de las alturas.
Caragabí ordenó a la ardilla que subiera a cortar este bejuco y por fin el árbol se vino a tierra. Su tronco formó el mar y sus ramas los caudalosos ríos de la selva chocoana. Sobre estos ríos crecieron durante miles de años las culturas indígenas, millones de hombres que poblaban a Colombia cuando los españoles llegaron, ante la presencia del invasor los nativos se refugiaron en las cabeceras de los ríos y en la selva profunda para poder sobrevivir ( hoy solo quedan en las selvas del Chocó 25.000 indígenas).

EL DIOS CARAGABI
Relatos de la cultura Catia
Tatzitzetze, hizo brotar de su saliva a Caragabí y además creó cuatro mundos superiores y cuatro mundos inferiores.
Caragabí dueño del mundo y primer padre se creó a sí mismo, siendo Antomiá su adversario, el demonio. Caragabí ordenó el mundo, conquistó el agua, creó los animales, ayudó a los Catíos a defenderse de los cunas, prohibió el incesto y el adulterio e impulso la monogamia, asignó apellidos a las familias y prohibió las riñas y matrimonios entre blancos y negros.
Luchó contra Tutruica, dios de los cuatro mundos inferiores y de la inmortalidad quien le enseñó a hacer el primer hombre y la primera mujer, quedando los dos dioses, al final, convencidos de su igualdad.
Caragabí produjo de la nada una gota de agua, la cubrió con una totuma nueva y al día siguiente halló un indio Catío, luego enseñó a la primera pareja como hacer Catíos, pero la mujer no cubrió las gotas con tutumas nuevas, por lo que nacieron Cunas belicosos que atacaron con flechas al dios, estos recibieron como castigo el destierro a orillas del Atrato.
Caragabí conquistó el agua enviando el tominejo a buscarla, este descubrió que el indio Gentzerá la tenía encerrada en una peña; Caragabí derribó la grupa, se formaron así los mares y los ríos y a este como castigo lo convirtió en la hormiga conga; le ordenó a Antomiá que le pusiera sal al mar. Viendo que los Catíos no tenían nada que cocinar cogió palitos y los tiró al agua convirtiéndolos en plátanos, caña dulce y otras plantas.
En la época remota los Catíos subían al cielo de Caragabí mediante una escalera de tallos entrelazados por una enredadera llena de flores azules y rosadas; un día al subir un niño arrancó las flores de la planta prohibida, por lo que al instante se rompió la escalera. Por esta y otras faltas cometidas por los Catíos el dios regó agua de coco en sus cabezas para que envejecieran y les puso una especie de velo en los ojos para que vieran más lejos del cielo. A la mujer de Caragabí que le fue infiel la convirtió en lechuza o baracoco; a la hija Dobiauma le celebró la fiesta de pubertad y como unos Catíos no asistieron a la ceremonia los convirtió en piedras, él se fue al cielo acompañado de su hija y de su nueva mujer hermana de la anterior con quien vive como hermano.
El demonio Antomiá fue creado por Caragabí, pero una vez al ver borracho y desnudo a su creador se burló, por ello fue enviado al centro de la tierra o Adaa en donde, desde entonces es enemigo del hombre. Antomiá imito a su creador Caragabí y como este sembró dos árboles dándoles sus frutos a la mujer que no podía comerlos. La mujer los tomó y se los dio a su marido, a este se le formaron los genitales externos, estos muy avergonzados trataron de ocultarlos con parumas, Caragabí los mandó a trabajar, les dio herramientas y semillas y retardó el proceso de maduración del maíz.
Por último, se puede deducir que la estrecha relación de Dabaibe con Caragabí se trata de una hija de él: “ Ella había bajado del cielo de Caragabí”; “ Dabaibe debió regresar al cielo por que Caragabí la reclamaba.

CARABI
Relatos De la cultura Catia
Carabí fue un jaibaná o brujo memorable que vivió por las regiones del Alto Andagueda.
Vivía con su mujer y tenía una hija adolescente. una noche cuando Caragabí y su mujer dormían, llegó un indígena muy joven y sin que los padres se dieran cuenta, cohabitó con la doncella.
Hacia las cuatro de la mañana el joven se levantó y se metió debajo de un montón de leña que había en la casa; ya de día la muchacha se fue a raer otro viaje de leña y le encargó a la mamá que no gastara mas de la mitad del montón que había en la cocina, mientras ella regresaba. La mamá no le hizo caso y cuando su hija se fue, movió toda la leña. En el asiento estaba enroscada una culebra venenosa. Era el joven amante que se había convertido en serpiente. La culebra ágilmente clevó sus colmillos en la mujer y huyó presurosa a ocultarse en la selva .
Cuando llegó Carabí, que a todas estaba cazando en el monete, y encontro a su mujer grave por la picadira venenosa se puso a seguir el restro de la serpiente y la encontro en el bosque serca del tambo, comiendo hierba junto a otra culebra; Carabí cogió de esa hierba y la llevó a la casa, la machacó bien, hizo un brebaje y lo dio a su mujer, y con él le bañó el cuerpo, con los cual quedó completamente aliviada.
Cuando regreso la muchacha, recriminó a su mamá porque había movido todo el montón de leña y no alcanzó a decir más porque al instante quedó ella también convertida en culebra y huyó veloz al monte, en busca de su compañero.


LA DIOSA DABAIBE
Relatos de la cultura Catia
La diosa Dabaibe: era una indígena joven, de gran hermosura, que vivió un tiempo acompañando a los primeros Catíos y enseñándoles toda clase de oficios y trabajos útiles para la vida y propios para el esparcimiento. Dabaibe enseñaba por medio del ejemplo; era prudente y bondadosa, fue muy respetada por todos los indígenas de su época. Ella había bajado del cielo de Caragabí.
Las bellas manos de Dabaibe tejían primorosas canastas, esteras y chinas o sopladoras para abiguar el fuego. Trabajaba trenzando la iraca y así les enseñó a los Catíos el oficio de la cestería. También enseñó a hacer más Pulida la cerámica y a mejorar en todo sentido las labores de la alfarería. Ella les dio a conocer a los antepasados, los tintes que deben de usar para pintar el cuerpo; La fruta del árbol de la Jagüe o kipará, debidamente preparada, que produce un jugo casi indeleble y el achote o kanyi que dan una fuerte tintura roja.
Igualmente de Dabaibe aprendieron a usar como perfume el olor de la planta de Anamú o Pinguerá.
Para embellecer y proteger los dientes, Dabaibe les enseñó a usar el Huito, kidai o cura diente que es una planta con la cual se ennegrecen como si hubieran sido cubiertos de un brillante y fino esmalte negro.
Les instruyó en la agricultura, en el cuidado del hogar, de los hijos y de los animales domésticos, les enseñó como construir sus casas levantándolas sobre pilotes.
Cuando las gentes aprendieron sus artes Dabaibe debió de regresar al cielo porque Caragabí la reclamaba.

EL TESORO DABAIBE
José María mesa Jaramillo
A luenga distancia del mar caribe, en montañas y llanuras que moran al oriente del majestuoso Atrato, se encontraba la tierra legendaria del Dabaibe. Una hermosa mujer le había legado su nombre después de haber vivido muchos años con los primeros Catíos y demostrar un poder extraordinario; sobre humana inteligencia y belleza incomparable. Cuando emprendió su viaje eterno se trocó en la benéfica Deidad de aquells Catíos, quienes para glorificarla construyeron un santuario espléndido y a él concurrían desde remotas distancias a depositar sus brillantes ofrendas y a sacrificar las victimas humanas que le consagraban, más cuando llegase a menguar el culto acostumbrado envió sobre el país un verano espantoso que secó las fuentes, agotó las plantas e hizo perecer gran número de personas. Las que escaparon del castigo se apresuraron a ofrecer victimas a la vengativa Deidad, cuyo templo se mostró resplandeciente del oro acumulado por los medrosos adoradores.
Con esta maravillosa leyenda narrada de diversos modos, los indios encendían la imaginación ardorosa de los castellanos que acababan de fundar a Santa María la Antigua del Darién.

LA LLORONA
Documento Folklore antioqueño
Cuentan que la Llorona es el alma en pena de una mujer que quiso despojase de sus hijos y los arrojo por un peñasco, por eso su llanto errabundo, otros cuentan que una mujer enloquecida quien no aguantó más la miseria, acabó con ella y sus hijos. Entonces el alma quedó vagando por los pueblos, preguntando por sus hijos y lamentando su tragedia.
Algunos afirman que es una mujer muy hermosa que habiendo tenido un hijito y para no desmerecer ante los ojos de los suyos y sus amigos, decidió ahogar la criaturita, una noche de luna llegó hasta la orilla de un río y en un remanso dejo caer al inocente hijo.
Victima de su remordimiento regreso al poco rato a buscar al hijo de sus entrañas, como loca recorría las orillas del río tratando de encontrarlo, desde entonces en las noches de luna se oye la voz de la llorona que grita y se lamenta buscando afanosamente a su hijo mientras dice: Aquí lo eché... aquí lo eché: En donde lo encontraré?.

LA MANDRE MONTE
Documento folclor antioqueño
La Madre Monte, es la deidad tutelar de los ríos.
La Madre Monte se baña, como no quiere que nadie se bañe con ella, contamina las aguas para causar daño a quienes contravienen su mandato. Pero si los ríos tienen su leyenda, también las tienen las montañas, las sierras y las mismas faldas de las cordilleras.
Ella es una mujer corpulenta, de rostro medio humano y medio animal, y con afilados y grandes colmillos; Es de carácter vengativo y cruel. Cubre usualmente su cuerpo con ramas, hojas, musgos y tiene una larga y desordenada cabellera, se le teme en las noches de tempestad, por sus aterradores bramidos o rugidos;va usualmente acompañada de una bandada de pájaros de diferente plumaje que hacen gran algarabía. Es frecuente encontrar en su rastro, peligrosas serpientes así éstas no sean muy frecuentes en la región. Encontrarla da inicialmente un gran miedo; Pero es frecuente que éste desaparezca al poco rato y que más bien en quien la vio, quede una sensación de tranquila curiosidad, pues es un espanto o visión que muestra ser manso y da la impresión de ser algo que forma parte de la misma naturaleza, de su fauna, y que nunca ataca al hombre o al ganado.
EL MOHAN
Documento Folklore Antioqueño
Es mucho lo que la imaginación popular haya urdido sobre un personaje monstruoso que para diversas culturas se presenta de diversas formas como espectadores dicen haberlo visto.
Se le describe como un ser androide, muy corpulento, con una abundante y descuidada cabellera que utiliza para cubrir gran parte de su cuerpo. Su cara es tosca y de miedoso aspecto, sus frecuentes griterías y risotadas han sido el terror de los hombres que trabajan en el agua como pescadores, bogas y lavanderas de ríos.
Los pescadores lo describen como un ser travieso, andariego buscador de aventuras, maligno, enredador y buscapleitos con ellos, pues les desaparece sus pertenencias y les juega malas pasadas y jugadas. A las mujeres se les presenta como un Sátiro engañador, enamorado y sucio.
Este mito no es exclusivo de Antioquia, pues en otros departamentos se le conoce con otras variantes como: Mohán de Yarumal, El Tigre Mono o Mohán del Tolima.
Es uno de los mitos más tradicionales de Antioquia y por eso no es gratis que se emplee esta comparación par definir aquellas personas grotescas y mal vestidas con esta figura mitológica.
Los antioqueños no le decimos Mohán, sino el Mohán de los infiernos. Se cree que son hombres que vivían en las cavernas a orillas de los ríos donde fumaban tabaco y se robaban a las mujeres que mas les gustaba cuando estas iban a lavar la ropa a la quebrada, razón por la cual las debía de acompañar un hombre.
Al mohán se le describe como un ser de aspecto monstruoso sin dientes y mirada horripilante, corpulento, una cabellera que le cubre la mayor parte de su cuerpo, cara tosca y de miedoso aspecto repugnante.
Las mujeres le tienen el pánico, porque el decir de la gente sobre este personaje es que, es un violador, un sátiro incorregible, persigue a las jovencitas apenas están saliendo de la pubertad, se las lleva para sus cavernas para acariciarlas y decirles cosas horribles, maliciosas y obscenas. Algunos cuentan que en sus cavernas posee tesoros y guacas de oro que es imposible llegar a ellas.
Otros que dicen haberlo visto afirman que no es mueco, que por el contrario tiene un dentadura en puro oro, que cuando abre la boca se ilumina la montaña. Que su sed de niños es insaciable y que en su costal, caben todos los que él quiera llevar.


EL CURA SIN CABEZA
Documento folclor antioqueño
Esta es una de las leyendas de más trascendencia entre nuestros campesinos antioqueños, quizás por las consecuencias que causaba su encuentro; Espanto terriblemente horroroso, pues le faltaba la cabeza dándole un aspecto sepulcral y maléfico.
Se teje la historia diciendo que fue un curita de alguna parroquia pueblerina, que en una de sus correrías por los campos evangelizando indiecitos, éstos lo asesinaron por robarse los vasos sagrados con que oficiaba los santos sacramentos; otras versiones dicen que es un curita que se robó los vasos sagrados, en una noche de Navidad mientras celebraba la Misa de Gallo; también cuentan que el párroco principal, aprovechando la presencia del nuevo cura, sacó una disculpa argumentado que tenía una confesión en el campo, pero solo era una artimaña para visitar una mujer joven y rica recién llegada a la parroquia. Dicen las malas lenguas que el curita superior, pasó la noche con esta mujer, y por causa de ello se robaron los vasos sagrados.
Las víctimas más frecuentes son los arrieros, que en sus largas travesías con sus recuas de mulas se lo encentran en cualquier recodo del camino, Ven venir a un fraile o cura, de sotana negra y estola blanca, de estatura alta, pero le faltaba la cabeza, el arriero detiene el paso. El espanto se va acercando y cuando esta a unos diez metros de distancia desaparece. El arriero siente un frío helado tratando de paralizarse. Luego continuaba su marcha y unos pasos más adelante miraba hacia atrás y esto lo dejaba perplejo, pues el cura había pasado y continuaba caminando.
Otros dicen que el cura llevaba la cabeza debajo del brazo envuelta en unas hojas sanguinolentas y amarrada con bejucos recogidos en el bosque, en algunos pueblos llega hasta sus calles al amanecer cuando no hay luna, las recorre y luego desaparece.
Por lo tanto, el cura sin cabeza no es quien cometió la falta de sacrilegio, sino el acto de lujuria.
Afirman que suele aparecer como un niño encantador que luce un vestido rojo y le ofrece flores de hermosos colores a las jovencitas que deambulan solas y hermosos objetos que atraen también a los niños que se desplazan solos por un camino y cuando van a recibir los atrapa, los rapta, y hasta los posee.
Una vez poseídos por este personaje, los tiene a su disposición para hacerle maldades, como treparlos a los árboles, presentárseles en su casa, o subirlos a peñascos. Una mujer tocada por el duende se torna irritable, sin sueño, inapetente, comienza a perder peso.
En ocasiones habla y canta, reza y maldice. Llora por causas irreales o ríe ante sucesos funestos. Falta de memoria y con la voluntad debilitada, olvida sus obligaciones, juega a la imitación, para terminar huyendo a las serranías más altas, donde danza desnuda; En esta soledad acontece la posesión, entre alaridos que estremecen.Las costumbres tradicionales afirman que si se quiere aplacar tantas maldades hay que poner la contra, en ensalmo que lo destierre. Para ello basta con vestir la escogida con un trapo rojo o colocar en el lugar de los acontecimientos un instrumento melódico. Bautizar de nuevo a la que sufre, conjurar la vivienda; además puede también ahuyentarlo el casamiento de la infeliz, lo mismo que pasarla bajo un anillo que haya llevado un sacerdote, o darle tres tomas de agua bendita cuando corren las estrellas.

EL CARRO FANTASMA
Narración oral
Es el alma en pena de un conductor que un día cualquiera del mes de diciembre partió de la capital hacia el puerto de Turbo, al momento de despedirse de su señora madre le dijo a ella que al amanecer del día siguiente tenía que estar en su lugar de destino; pero ella le replicó “Si Dios lo quiere” y El nuevamente contesto ¡ y si no quería también¡.
Pronto inició el recorrido, pero con el infortunio de haberse accidentado y fallecido en el momento trágico.
La circunstancia que llevó su alma a quedar penando fue el desafío de la voluntad de Dios, se dice que este Carro Fantasma lo ven en las noches, y específicamente cuando hay quebradas que tienen divisa de un lado a otro, perfectamente veían las luces de un carro que venía en dirección contraria, para esquivarle a los abismos optaban por ubicarse en un espacio amplio y esperar a que este pasara, pero desaparecían las luminarias y no pasaba por el lado del conductor que esperaba ningún vehículo, convirtiéndose en un misterio, de allí su nombre.

EL CABALLO FANTASMA
Narración oral
Es un mito de gran tradición pues son pocos los urameños que al regreso a sus hogares después de una buena rumba nocturna, no se les haya aparecido y así lo describen:
Es un gran caballo que recorre por las calles del pueblo algunos caminos, solo se escuchan sus pisadas y su agitado respirar, se detiene en algunos lugares, pues se le oye pastar. A este legendario caballo nadie lo ha visto por que cuando es sentido cerca de una casa, nadie se atreve a salir, y los valientes que han intentado verlo sólo sienten un viento frío que los envuelve y sienten una sensación de miedo que algunos hasta han caído privados del susto.

ÉPOCA INDÍGENA

Dabeiba: Nombre dulce, musical de mujer
Es también nombre indígena:
Dabeiba aquel cacique
Que al enunciarlo vierte miel.


EL ENCUENTRO DE DOS CULTURAS

“Entonces los invasores robaron nuestras tierras y se hicieron propietarios, dijeron a nuestro pueblo que debía de trabajar para ellos, así nació la encomienda.

Cercaron a nuestra madre teñida de sangre, exorcizaron a nuestra gente a salva de catecismo, arrastraron y flagelaron a los ancianos ante sus dioses que también invadían... ¡fue un doce de Octubre, no lo olvides!
Luego, hermano estimado de Abia Yala[1], esos canallas se atrevieron a afirmar Día del Indio y a nosotros lobeznos de madre malherida nos arrullaron como sus huerfanitos y nos enseñaron a gritar: ¡Viva el doce de Octubre! Y rechinaron en sus plazas que nos regalaron sus tierras”.

Quinientos trece años han transcurrido desde que el invasor peninsular pisó por primera vez estas tierras. Pero ¿Qué representó ese mal llamado encuentro? Y es que para los aborígenes la invasión española no representó únicamente ese camuflaje, esa sumisión fue además el comienzo de su exterminio.

Aquellos marineros que zarparon de Palos de Moguer al mando del almirante Genovés, no eran diferentes a un puñado de delincuentes que sin otra opción distinta al presidio o a la ejecución, hubieron de acompañar a Colón en su odisea y los que a estos siguieron no se hicieron a la mar con menos ambición que la que inspiró la arrojada empresa patrocinada por “Isabel La católica“ reina de España.
La verdad de lo que sucedió al mal llamado descubrimiento es otra y esta muy lejos de las manipuladas historias que se enseñan en las aulas escolares, o lo que en ese momento celebraron con tanto alboroto, rindiendo culto al oscurantismo histórico en que han pretendido sumir la realidad americana. La llegada de los ibéricos marcó el inicio de uno de los capítulos más crueles de la historia de la humanidad, registrándose un genocidio igual de cruel pero mayor al de los judíos en manos de los Nazis de Hitler. No escaparon los nativos de estos lugares antioqueños a esta suerte.

El golfo de Urabá o golfo de aguas dulces como lo llamaron durante los primeros años de la conquista, fue el epicentro de dispersión de actividades conquistadoras, pues allí protagonizaron los españoles una de las más grandes epopeyas del entonces llamado nuevo mundo.

La historia para este fragmento de tierra antioqueña, se inicia por los años de 1.501, cuando desembarcaron el náutico y cartógrafo Rodrigo de Bastidas, Vasco Núñez de Balboa, Francisco Pizarro, Diego de Nicuesa, Alonso de Ojeda y Juan de la Cosa, quien murió hacia 1.504 victima de las flechas envenenadas de los aborígenes que ya luchaban por defender su territorio.

Alonso de Ojeda había sido designado por disposición de la reina Isabel para gobernar La Nueva Andalucía, (Desde el cabo de la vela hasta el golfo de Urabá) y Diego de Nicuesa para gobernar a Castilla de Oro, (Desde el Golfo de Urabá hasta el cabo de Gracias a Dios en Nicaragua) Pronto el primero, mandó levantar un caserío con el propósito de fundar allí un pueblo, pero ocurrió que hacia el año de 1.510 Ojeda debió de abandonar aquel lugar que había buscado poblar con el nombre de San Sebastián de Urabá, hoy (Necoclí); la guarnición que allí dejara al mando de Francisco Pizarro también tomó la decisión de abandonar el lugar a finales del mismo año acosados por las flechas de los indígenas y el hambre. Ocurrió que a la altura de Cartagena, se encontró con la guarnición que estaba al mando de Martín Fernández de Encizo y que venía de la Española con el fin de fundar una ciudad en el lugar que Ojeda había abandonado.

La nueva ciudad en territorio colombiano fundada por Martín Fernández de Encizo (Octubre de 1.510) llevaría el nombre de Santa María de la Antigua del Darién, en honor de Santa María de la Antigua de Sevilla, quien había intercedido para salvar la vida a Ojeda cuando en uno de los encuentros con los aborígenes, una flecha envenenada se incrustó en una pierna y también por haber ayudado al principio a Fernández de Encizo en la derrota del cacique Cemaco, en cuyo asentamiento se fundó la ciudad, que se constituyo en sede episcopal y del gobierno durante 14 años, posteriormente se trasladó a donde esta hoy la ciudad de Panamá.

Fernández de Encizo entró en rivalidad con balboa, el primero viajó a España para denunciar a este como usurpador, mientras tanto ocurre un hecho sin precedentes que hoy cuatro siglos después vuelve a tener actualidad política, Balboa, es nombrado alcalde mediante el voto popular de sus compañeros como buen estratega logro granjearse el cariño y aprecio de los aborígenes, gozaban estas tribus del respeto de los españoles en sus vidas y en sus haciendas, en cuatro años con la colaboración de las tribus logro la colonización de las tribus aledañas, las de Comagre y Ponca y llegó a construir 200 casas.

A principios del año de l.512 el adelantado Vasco Núñez de Balboa partió de Santa María la Antigua del Darién con 160 hombres ( según Don Antonio de Herrera), en busca del afamado tesoro del Dabaibe, Balboa remontó al río Atrato( los primeros conquistadores le llamaron río Darién) hasta un brazo que parece haber sido el de Curbaradó, entrando por este y luego por un río que parece fue el río Sucio, río hermoso y el más grande afluente del Atrato que desemboca por la banda oriental, llegó hasta el punto donde posteriormente se estableció la población de Pavarandocito (hoy Mutatá) Allí diezmado por las enfermedades comunes a aquellas tierras deletéreas y acosados por las nubes de mosquitos (El Morongoy), zancudos, murciélagos, etc hubo de regresar la expedición a su lugar de origen.

La obsesión de Balboa por hallar el codiciado tesoro del Dabaibe, donde existía un templo lleno de riquezas y una tierra que producía “ naranjas de oro “ y que temblaba cuando alguien intentaba profanar el santuario, lo impulsó a emprender en 1513 otra expedición en asocio de Luis Carrillo, oficial que representaba la autoridad de Pedro Arias Dávila, la cual constaba de 200 hombres. Expedición que fue totalmente aniquilada por los naturales cuando remontaba el Atrato y allí pereció el mismo Carrillo, por lo cual Balboa, herido y maltrecho, hubo de regresar precipitadamente a Santa María la Antigua, para no volver nunca a buscar el codiciado tesoro.

En 1.536, Don pedro de Heredia como tuviera noticias de la fabulosa leyenda del Dabaibe, o sea de las inmensas riquezas en cierta provincia de las márgenes del Darién, resolvió ir en su busca y entrando por una de las bocas del Atrato, esa expedición constaba de 300 hombres, después de varios meses de infructuosa navegación y de penalidades, y sin obtener provecho optó porque esta ya diezmada regresará a San Sebastián; Pero como este era el acicate de aquellos hombres de “ nervios fuertes y músculos de acero “, apenas repuesta un poco la expedición despachó Heredia de este mismo lugar al intrépido e hidalgo portugués Don Francisco Cesar nuevamente en su búsqueda. Aleccionado por el reciente fracaso del anterior, este salió por tierra e internándose en la montaña, buscó los declives de la cordillera de Abibe y bordeando siempre por el pié de esta a fin de evitar las ciénagas y pantanos, trepó luego a los flancos de la cordillera que divide las aguas del Mamandó (Río León) que desemboca directamente al golfo de Urabá y los ríos que vierten sus aguas al río Sucio por la banda occidental, inclusive el Tajidó que actualmente sirve de límites entre Dabeiba y Mutatá.

Los dominios del cacique Nutivara, se extendían hacia la serranía de Abibe, era el más indomable y relativamente el más civilizado de los que habitaban el territorio antioqueño; visitaba sus dominios y salía a la guerra sobre andas enchapadas de oro, tenía por lugarteniente a su hermano Quininchú quien a la vez era jefe del ejercito. Los dos hermanos se reunieron para hacer frente a Francisco Cesar.

Por esto la batalla librada hacia finales de 1.536 entre Francisco Cesar y el Cacique Quininchú, en la cual como consecuencia de una flecha que atravesó su garganta muere peleando heroicamente el Cacique en defensa de su territorio, esta tuvo lugar en la planicie que forma el alto de Tajidó.

Después de la muerte del cacique indios despavoridos y llenos de temor huyeron. Hubieron a las manos de aquellos hombres gran cantidad de joyas, diademas, orejeras brazaletes y aún muchos de ellos traían capacetes del mismo oro; hallábase Francisco Cesar en posesión del territorio que los historiadores de la época denominaban con el nombre de Guaca, y que estaba sometido al Cacique Nutivara. Existían allí grandes campiñas y extendidas poblaciones con labranzas y árboles frutales, grandes y bien formados templos.

Aunque Francisco Cesar se informó de que había muchas sepulturas tan ricas por todas aquellas tierras resolvió volver a San Sebastián por temor de que los indios destruyeran su poca y debilitada fuerza; mientras tanto los guaquenses se apresuraron a sacar gran suma de tesoros y los llevaron a la provincia y gran santuario del Dabaibe.

En 1.539, el licenciado Juan Badillo entusiasmado con las narraciones fabulosas que se tejían sobre el Dabaibe y en las tierras que moraban al oriente del majestuoso río del Darién, organiza una lujosa expedición en busca del legendario tesoro.

Esta expedición estuvo en el valle del Guaca, donde años antes acampara Don Francisco Cesar, sin resultado alguno que le satisficiera en lo que se refiere al hallazgo de sepulcros con abundancia del metal amarillo que era el delirio de los conquistadores. Dicha excursión prosiguió río Sucio aguas arriba, por la banda izquierda hasta encontrarse con la actual cerrazón de Dabeiba en donde tuvieron que pasar los caballos que ya eran pocos amarrados con bejucos por puente piedra que dista unos tres kilómetros y medio de la actual población, una vez establecidos en la banda oriental y continuando por este se encontraron con un río de aguas impetuosas difícil de vadear y de color ceniza en donde se ahogó uno de los oficiales de la expedición (río Urama).

Francisco Cesar y Juan Badillo, recorrieron de norte a sur hace un poco más de 400 años las tierras del hoy floreciente municipio de Dabeiba en busca del codiciado santuario donde existía un templo lleno de riquezas y en la tierra que producía naranjas de oro y que temblaba como hembra en celos cuando alguien osaba violar sus encantados tesoros.

De labios de una india anciana y en un castellano maltrecho se escucho la siguiente narración:
“Hace días tener yo a mi hija Zoraida, mi marido Baudilio camino con otra india onde Chimurro; un día mi hija salió onde quebrada de la Cerrazón a buscar cangrejos y Corro conchos. De pronto oyó un ruido de Nabra y vio que iba por quebradita más chiquita que sale de filo ( El de la Cerrazón), Mi hija siguió detrás, pues casi cogía, pero animal ese liso como sabaleta soltaba y seguía corriendo. Ya había caminado mi hija bastante cuando Nabra se metió por gueco grande y mi hija también caminó por allí, después de quitar como puerta grande de piedra que allí había y de pronto encontró casa grande como iglesia y había patios bonitos y animales como Imamá (León) amarrados con cadenas.

Ese animales bravos cuando vieron a mi hija trataron de morder, pero viejo con barba larga como cabuya que estaba sentao onde tablado alto, regaño animales, converso con mi hija, le mostró patios bonitos donde había naranjos y guayabos y frutas eran de nee (oro), Ese compadre muy formal, hizo regalos a mi hija y encargo no contar a libres o a indio lo que había visto, pues Antomiá (Diablo) castigaba muriendo ligerito. Después viejo tapó a mi hija los ojos con paruma (tela de Lienso) y cuando destapó ya estaba afuera y viejo había caminado. Mi hija cuando vino de recoger Corro conchos y cangrejos de onde quebrada, era triste y no hablaba y con dedo señalaba onde filo. Un día contó y murió allí mismo”.

Victoriano Borja, hijo de Manuel, uno de los raizales de Dabeiba y que vivía en lo que se llamó El Llano de Navidazal”. hoy Bernardo Guerra hizo la siguiente Narración: “Un día salió a montiar hacia la parte alta del filo de la Cerrazón, iba provisto de bastimentos, de su escopeta y acompañado de sus perros, estando ya sobre la cuesta de la cordillera donde se expande una extensa planicie cubierta de bosque virgen, oyó que sus perros se empistaron y perseguían con coraje un animal. Como buen cazador siguió en carrera en pos de sus perros, cuando de pronto se encontró con una vegetación que le llamó la atención, pues era un rastrojo y especie de guadual, raro en aquel monte virgen y al abrirse paso con su machete, oyó de pronto un sonido extraño producido al chocar su arma con algo que allí había. Con más detenimiento se puso a examinar y observó que con una palizada y con musgo natural, había algo misterioso.

Descubierto el objeto vio que tenía el aspecto de una campana y al despalmarlo con su machete, brillaba como oro. Lleno de júbilo, se puso a rozar a sus alrededores y trató luego de moverla pero era muy pesada y en eso, dice él que la tierra temblaba debajo de sus pies de una manera horrible y el monte se venía encima como en oleadas no oyéndose más que un ruido atronador, por lo cual despavorido dejó su presa y pronto estuvo en el río Choromandó, el cual desemboca al Sucio por la banda izquierda, y ya un poco repuesto del susto, se puso a silbar a sus perros que uno a uno fueron llegando. Intrigado por el hallazgo volvió después en asocio de otros y ya no le fue posible dar con el paradero de la campana misteriosa” [2]

De nuestros primeros moradores, hoy tan solo un puñado subsiste, olvidado y aún perseguido, en los resguardos del occidente, Urabá y otros departamentos del país.

Pero ¿Quienes fueron los aborígenes que habitaron estas tierras de Antioquia antes de la llegada de los Españoles?.

Los territorios que anteriormente conformaron el estado de Antioquia fueron habitados por tres grupos indígenas, dependientes todos de los Chibchas: Al primer grupo se les denominó Los Catíos, a estos pertenecían Los Guacas, Pitos, Buriticá, Ituango, Ebejico, Pequi, Araques, Tecos, Urraos, Caramanta, Iracas y Tecos etc. Este primer grupo, se extendía desde la margen occidental del río Cauca hasta los desiertos anegadizos cercanos al golfo de Urabá, en donde vivían tribus nómadas que construían sus viviendas en las ramas de los árboles; en la serranía de Abibe y en las pendientes que dan al Cauca tenían numerosos caseríos.

A las tribus que habitaron entre los ríos Cauca y Porce se les denominó Los Nutabes, a este grupo pertenecían Los Guacamí, Moscateco, Taquiburrí, Moquirá, Guarcama, Nequerí y otras tribus sometidas al cacique Petrán tales como: Las Niquía, Aburrá, y Bitagüies.

A las tribus que habitaron los territorios comprendidos entre los ríos Porce y Magdalena, se les denominó Tahamies, entre estos se reconocían las tribus de los Guamocoes y Yamesíes.

El pueblo de los Catíos que ocupó el territorio comprendido entre los ríos Cauca y Atrato; Al igual que muchas otras tribus debieron de resistir por mucho tiempo la conquista de los españoles.

Inicialmente el territorio de Dabeiba fue poblado por los Catíos, entre quienes existió la tradición según la cual sus antepasados habían tenido la fortuna de haber visto aparecer entre ellos a una hermosa mujer llena de atributos sobre humanos llamada Dabaibe, de la cual habían aprendido muchas cosas: cultivar la tierra, trenzar la iraca, tejer canastos, esteras, cerámica y manejo de tintes como la jagua etc.

Los Catíos se han distinguido por ser de estatura baja, piel morena, cabello liso, miembros corpulentos, muy feroces y de estampa imponente; las mujeres muy honestas y de notable belleza física, acostumbraban llevar el cabello largo el cual se recortaban en tiempos de guerra. Al momento de vestir se caracterizaban por su estilo inconfundible y original, usaban una tela que envolvían a la cintura y caía hasta la rodilla, luego cubrían todo el cuerpo con un manto llamado paruma desde los hombros las mujeres y desde la cabeza los hombres. Su cuello va adornado con collares de chaquira, los más pudientes usan un Ocamá, el cual llevan con gran respeto y dignidad, se hacen tatuajes en el cuerpo y la cara con la tintura extraída de la jagua.

Los Catíos antiguamente se caracterizaban por ser muy diestros en la fabricación de telas, utensilios de barro, cultivo de la tierra, en la construcción de sus viviendas cónicas, alfareros, artistas y habilidades en la caza, la pesca y labrador de canoas.

Vivían en comunidad y tenían una organización jerárquica en la cual se revestía de gran importancia el Jaibaná o curandero, quien es un miembro de su comunidad que ha recibido una preparación de otros jaibanás anteriores. El principal rito de los Catíos es el canto de JAI a través de él se curan enfermedades, se erradican plagas, se limpian territorios de animales dañinos y de Jais malos.

Los Catíos, manifiestan un fuerte vínculo hacia su territorio, creen que solo allí es posible la vida, que por fuera de este se pierde su identidad por que no pueden hacer lo que a ellos les gusta y saben hacer y que a través de la cotidianidad y sus rituales las nuevas generaciones también adquieren los conocimientos. Estas culturas han logrado permanecer como etnia a pesar del exterminio vivido bajo la dominación española y después de la independencia la presión sobre sus territorios por parte de los colonos que buscan nuevas tierras para la agricultura comercial, explotación de recursos maderables y hoy para el desarrollo de megaproyectos.

En los últimos años los pueblos indígenas se han propuesto fortalecer su organización social, crear en sus territorios resguardos, reafirmar sus gobiernos, establecer control social interno, interactuar con las instituciones del estado logrando que sus valores, creencias y cultura sean reconocidas constitucionalmente por este es así como existen los cabildos, profesores y promotores de salud para sus comunidades.

Actualmente en el municipio existen 20 comunidades indígenas las cuales habitan en los resguardos de:

Pavarandó medio, Amparado Alto y medio, Cañaverales, Antadó, Chimurro, Mendó, Chuscas, Murri, Jenaturadó y Chever Taparales. La población es aproximadamente de 2.500 personas.

Es común encontrar en Dabeiba y pueblos aledaños ríos y lugares compuestos de dos sustantivos, el primero es el nombre con el que comúnmente nuestras tribus nombraban determinados seres y cuya última sílaba es dó, que en el dialecto Catío significa río, citamos aquí algunas toponimias, que son una prueba más que estas culturas nombraron sus lugares no en vano, sino por una razón que los motivaba.

Apartadó: Río de la plata.
Ampurumiandó: Río del plátano guineo, a sus alrededores crecía silvestremente plantaciones de esta mata.
Antadó: Río de la Tagua, pues en las márgenes de este río existieron plantaciones de esta palma, o sea antazales.
Amparradó: Río del sábalo, es un hermoso río afluente del Sucio por su margen izquierda, abajo de Dabeiba, abunda allí el pez “Sabalo”, de exquisita carne
Bagadó: Río de las mariposas, pues allí abundaba estos insectos.
Bacurucuandó: Río de las ranas, no era allí extraño el croar de estos animalejos.
Becuandó: Río del Maíz amarillo, había allí plantaciones de este.
Bedó: Río de la Nutría, animal que abundaba allí y era muy perseguido por lo atractivo de su piel.
Buchadó: Río del perico ligero, se encontraba en los bosques de su riveras esta especie.
Coredó: Río del caimán
Cumbarradó: Río del pájaro Gulungo, en los grandes arbustos que engalanaban sus riveras colgaban majestuosamente sus grandes nidos.
Chadó: Río de las cañas
Chimiandó: Río de la sal, cerca de este se encuentra los salados que llevaban su nombre.
Chichiridó:. Río de la golondrina, abundaba estas aves, durante las horas nocturnas en la arboleda que se extendía alrededor de sus riveras.
Choromando: Río grande, o bravo
Chigorodó: Río de la guadua, en sus orillas existía grandes plantaciones de este vegetal.
Churidó: Río del ratón, pues allí abundaba estos roedores.
Imamadó: Río del León, existió buen número de estos animales, en la región que bañan sus aguas.
Jenganaturadó: Río del Chontaduro, pues sus riveras estaban pobladas por plantaciones de esta palma, es río afluente del amparradó.
Nendó: Río del oro.
Ogodó: Río del Cedro, en sus riveras crecía este árbol maderable.
Opogadó: Río de la iguana, por la abundancia de estos animales.
Painadó: Río negro, llamado así por el deslizamiento sobre sus aguas que le dan color oscuro.
Pavarandó: Río azul toman color azuloso como el humo sus aguas vistas a la distancia durante época de verano.
Paimadó: Río negro, afluente del Amparradó.
Pocorondó: Río del sapo, su nombre posiblemente por la abundancia de estos.
Pegadó: Río del maíz.
Quiparadó: Río de la Jagua, es una arena que se produce en las minas de oro ( La trinidad, la virgen, Potosí )situadas en la cabecera de este y muy ricas en el precioso metal.
Sucurundó: Río crecido, o de aguas abundantes.
Tajidó: Río del bejuco, lo emboscado de este permitía la abundancia de estos.
Tasidó: Rio salado.
Tivando: El río de nuestra tierra.
Tumuradó: Río de los remansos, por la pasividad de sus aguas.
Turriquitadó: Río de la planta del biao
Nutibará: Nuti que significa altura y bará que significa señor; o sea señor de alturas.

[1] Nombre con el cual determinaban los nativos al continente americano
[2]Dabeiba de 1.900 a 1.910.